Domingo de Ramos 2013. I

Se despertaba Andújar como cada Domingo de Palmas con el repique de campanas que ya anunciaba su llegada. Corazones inquietos ante las rejas de San Pedro bajo un encapotado cielo que ponía en una dificil situacion a la Junta de Gobierno de los Dolores del Carmen que tras una y otras deliberaciones y tras casi 1 hora decidian poner a su cortejo de niños hebreos en las calles de nuestra ciudad.

Y el sol salio para engrandecer tan magno momento, ya la Cruz de Guía abría paso entre la muchedumbre que esperaba en el Barrio de Santa María, un hervidero de nervios, de palmas y de ramas de olivo, esa Cruz que refleja en sus espejitos la gloria de esa mañana de Domingo de Ramos andujareño.
El Arco de Correos permufado de azahares, puerta misma de aquella vieja Jerusalen ¡Hosanna in excelsis! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! primera venia en nuestra coqueta Carrera Oficial, ya viene Jesús sobre una borriquita repartiendo Paz a su pueblo. Y a los sones de Monte Calvario, chicotas de arte, con costeros y sobre los pies, izquierdos por delante, levantás sentías hasta el azul firmamento y Maestra, soberana Calle Maestra...

Pero la Gloria se tornó en el peor de los presagios, cuando a eso de las 2 de la tarde en la Calle Ollerías cuando ya la Cruz de Guía se diria hacia la Plaza de la Constitucion para volver por Calle Feria acortando gran parte del recorrido, un aguacero sorprendió a la Hermandad del Rosario que tuvo que alijerar el paso para facilitar el refugio del Señor de la Paz bajo el Arco de Correos. Varios miembros de la cuadrilla de costaleros colocaron un plastico sobre todo el misterio para regresar al templo lo mas rapido posible y sin que las imagenes sufrieran daño alguno. Y de este manera, a paso de mudá y acompañado por las incesantes marchas de la Banda Marteña que demostró un excelente comportamiento a pesar del enorme chaparrón, llegaba la Borriquita al interior de Santa María donde cientos y cientos de cofrades que no lo abandonarón en ningun momento lo recibierón con una enorme ovacion.