Semana Santa 2017

miércoles, 12 de abril de 2017

Domingo de Ramos 2017 - II


La tarde del Domingo de Ramos, se adelantaba por la Corredera señorial del barrio casto de la ciudad, abigarrado de naranjos y azahar que envuelve el transitar de la primera Hermandad que parte del templo de San Bartolomé. Los espigados capirotes rúan anegaron las viejas calles Jordán, Tiradores y Cuna silenciando el murmullo del gentío a su paso.
Con cierto retraso partía la Primitiva y muy Antigua Cofradía de la Santa Vera-Cruz, Madre y Maestra del Santo Reino, con el selecto y sobrio cortejo de penitentes tras la turbadora sombra de la Cruz de Guía y con el sonido de la campana del muñidor.

El bronco golpe del pegaso alado del llamador, del impresionante paso caoba sobre el que se alza el Nazareno, rompía el sosiego, advirtiendo a la cuadrilla de costaleros. Dios carga con el madero y avanza valiente hacia un Calvario de roca y abrojos, y camina soliviantando a la Andújar que cada tarde de Domingo de Ramos, implora ante su imponente talla, evocando la antigua tradición franciscana, que favoreció a la devoción popular que hoy persiste inquebrantable al paso del tiempo.


Tras el colosal Nazareno de Romero Zafra, la cera blanca prendida abría la escuadra mariana que acompaña a María Stma. de los Dolores. La Banda de Música Maestro Flores de la vecina localidad de Marmolejo, se acompasa al andar del viejo paso del Señor de la Columna, sobre el que hace unos años, procesiona la sacra conversación iliturgitana, obra magistral de Manuel Luque Bonillo, que representa la confortación que el discípulo más joven y más amado de Jesús, ofrece a su Bendita Madre afligida entre los candelabros arbóreos que iluminan un llanto de desconsuelo y angustia, debido al suplicio y al tormento al que someten a Nuestro Redentor.



Con el tradicional saludo de respeto de la corporación a la Hermandad del Buen Remedio, en la Capilla del antiguo Hospital, la soleada tarde se iba aletargando mientras los hermanos penitentes alcanzaban ya Santa Marina y los aledaños de Santa María. Como cada año nos regocijamos en las estampas que esta legendaria Hermandad nos regala, como el tránsito del Nazareno por el Carmen o la imagen de Ntra. Sra, de los Dolores y San Juan ante la incontenible Torre del Reloj, donde también se realiza un agasajo de parte de las Hermandades que comparten sede canónica en el Templo Mayor del Arciprestazgo. 


La noche se arroja como oscuro palio que resguarda la esencia veracrucera heredada de nuestros mayores y de la que se enorgullece un pueblo entero. En el recorrido de regreso y a la altura de San Francisco, lugar donde se encuentra los orígenes de la Primitiva Cofradía, el rezo del Padre Nuestro y Ave María rememora los siglos de historia que a gala llevan sus hermanos. El Dios Nazareno y caminante vuelve a su arrabal alfarero por Vendederas y Villegas desde donde ya distingue el campanario que custodia el crespúsculo de cada Domingo de Palmas, un Domingo que agoniza en las ultimas chicotás culminadas ante el portón de la Capilla del Salvador.


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