Semana Santa 2017

martes, 10 de marzo de 2015

Triduo Señor de los Señores 2015


Tras pasear su señorío por la vieja judería de Andújar en el Vía Crucis Oficial de la Agrupacion, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, celebró en la Parroquia de San Miguel, el Triduo en honor a su Sagrado Titular, el Señor de los Señores.
Ante el Retablo del Arcangel, en un humilde y sencillo altar de claveles rojos y flanqueado por dos de los angelotes que lo acompañan en las esquinas de su canasto cada Viernes Santo, se alzaba el Nazareno de siempre, el vecino mas antiguo del Mercaó, la herencia mas valiosa de nuestra historia, aquel que espera y conoce a todos y cada uno de sus hijos iliturgitanos, los que junto a su imagen han crecido.


La luz juega un papel fundamental en el interior del templo, colandose por los ventanucos y entre los pilares, iluminan el rostro moreno del Señor ante el barroquismo dorado de las pilastras y columnas del majestuoso retablo. A pesar de la ausencia de una candelería digna para tan grande devoción, Ntro. Padre Jesús Nazareno, con la austeridad que caractariza a los montajes de su Cofradía, luce de forma magistral con una de sus primeras túnicas y con la cruz primitiva que portaba en los primeros años de refundación de su corporación, cruz que cada mañana de Viernes Santo porta orgulloso uno de los penitentes del cortejo procesional.

La Cuaresma despierta los recuerdos mas profundos de nuestros mayores como despiertan los trombones al alba y al pueblo; como una antigua estampa en el cabecero de nuestros dormitorios, como los claveles que rozan sus pies, como las velas de sus promesas, como esas calidas tardes de visitarlo en su casa, como esos petalos que caén desde los balcones para hacerse alfombra a su paso, como tantas miradas emocionadas, como tantos que han querido ser su Cirineo hasta el Calvario, como sus calles ansiosas, como un Mercaó alborotado, como un zaguan abierto esperando su llegada, la Cuaresma despierta recuerdos de antiguo convento trinitario, de tiempos pasados, de casas solariegas y altozanos, recuerdos que se envuelven en su imagen y con su nombre, recuerdos que regresan ante el Señor de los Señores.







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