Vieja gloria cofradiera, arraigada devoción de Barrio, fastuoso pasado que en esta Cuaresma renace con la historia de viva madera, de exquisito terciopelo y de brillante plata y candelería. Vieja gloria estudiantil de la que San Bartolome fué testigo durante años y que hoy parece que resucita alzando altares apasionaós de visperas y reencuentro.
Y a D. Oscar Menendez le debemos que la Señora del llanto mas dulce a la vez que amargo, luzca galas de Reina sobre el Altar de Cultos, estrenando una nueva saya que realzaba el talle de su cintura, junto con el fajín de hebrea.
Benditos los viejos y rancios palios que procesionaban por la Andújar señorial y que hoy son doseles y no se pierden, bendito los bordados y los flecos desgastados por el paso de los años que pierden el oro de sus puntadas y se apagan con en el bronce del tiempo, bendito su nombre Amargura, por que con ella, lo amargo se hace dulce y en su cara la pena en nosotros es casi sonrisa, benditas las ultimas lagrimas de sus mejillas, pues ya no le quedan en sus ojos por derramar, bendito el tiempo que hace maravillas y es capaz de perecer y resugir, de caer y de levantarse, siendo dueño de el mismo. Bendito tiempo para Andújar el de la Cuaresma, por que en ella vuelve la vieja Gloria Estudiantil del Cristo de la Expiración...
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