Semana Santa de Andújar 2014.
La misma Cruz del primer Jueves Santo, las mismas tunicas con esos mismos colores, las mismas mucetas y capirotes, la misma cera y la misma luz, las mismas miradas, el mismo momento y el mismo lugar, Santo Domingo florece con la misma flor de buganvilla y de azahares en la plazuela y es el mismo sabor a Cofradía el que inunda una Andújar que se revuelve en su eterna primavera de geranios.
Se abren las puertas de la Capilla del Antiguo Hospital y el blanco y el moraó de la esencia de esta Hermandad se esparce por la vieja calle Cuna abrigando el encalaó de los muros jesuitas que cobijan el Remedio para los males del mundo.
Y tras su manto burdeos y las promesas de las mujeres que siempre la acompañan mimandola en cada paso, los sones de "Reina de la Amargura" de la capital del Santo Reino que marcan el compas de los flecos de su palio de hilos de oro, aquel que con aires de sevillanía, encandiló a los andujareños, igual que encandiló su dulce mirada.
La mirada de una Madre, una Madre que reparte su amor sin importarle cuantas fronteras pueda encontrarse en el camino, una Madre que escucha y bajo su manto nos cobija sin dejar de mirarnos; La mirada de una Madre que remedia nuestras culpas y nuestros mayores pesares...
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