Semana Santa 2017

lunes, 3 de noviembre de 2014

Miercoles Santo 2014. I

Semana Santa de Andújar 2014


El Barrio de Capuchinos volvería a convertirse en un autentico hervidero de fé tal y como ocurre cada Miercoles Santo; la Corredera y los aledaños a la Parroquia de la Divina Pastora se encontraban abarrotados por cientos y cientos de personas que esperaban poder ver a su Archicofradía del Huerto en la calle, la cual, el año anterior no pudo realizar su Estación de Penitencia, debido a la meteorología adversa.
Tras un año de mucho esfuerzo por parte de esta Corporación y todos sus cofrades, se cumplía uno de los proyectos con los que esta Cofradía soñaba desde hace mucho tiempo. El Señor de la Agonía en la Oración en el Huerto procesionaría sobre un nuevo paso de misterio el cual estrenaba la primera fase de su talla, un estreno que sin duda ha echo renacer una nueva ilusión no solo en el seno de la Cofradía si no entre todos los vecinos del Barrio. Ademas el conjunto del Cristo y el Angel confortador que hace mas de 65 años tallara el artista andujareño Don Luis Aldehuela se ha visto complementado por las imagenes de San Juan, Santiago y San Pedro procedentes de Alcala de Guadaira y obra de Don Jose María Cerezo.


El paso del Señor acompañado por los sones de la A.M. del Rescate de Linares, la cual incluso tiene en su repertorio una marcha dedicada al titular del Huerto "Al Señor de Capuchinos", levantó la ovación de todos los que a las puertas del templo se congregaban. La salida de la Virgen de los Dolores provocó las lagrimas de los vecinos de este Barrio, la cual la sienten como una Madre, una Madre a la que bajo su palio cada año esperan impacientes. La imagen de la Reina de Capuchinos estrenaba del mismo modo una saya de seda italina roja brocada, un rosario donado por las clarisas de Ubeda y una azucena de plata que dulcemente sostenia en su mano derecha.


El Barrio se fué con ellos, poco a poco iban dejando atrás el Arco, la Plaza y sus calles para aproximarse hasta la Andujar que aguarda su llegada, como cada Primavera, a la sombra de ese olivo sobre el que se cierne la esencia capuchina de esta tan iliturgitana Cofradía. Volvia a mirar al cielo de esta bendita tierra que reza al compas de las cornetas y los tambores, un cielo que se oscurece para Él, para que no lo prendan mientras implora ante el caliz de sus pasiones, un cielo que refleja la mirada del Señor, que abriendo sus manos se entrega a la voluntad de Dios por la salvación de todo su pueblo.

Y María, María que con sus Dolores avanza despacio trás de su hijo con un corazón palpitante ante los suspiros de todo aquel que la contempla alumbrada por la candelería de su palio torero, va llevandose prendido en su pañuelo de seda las plegarias de su gente, la gente que la sigue hasta su vuelta a casa, gente, que en la estrechez de los callejones, van mimandola con piropos susurrados y caricias en sus respiraderos de plata, aferrandose al infinito amor que de sus manos se derrama...

El Barrio se fué con ellos y en su Andújar se quedarón...






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