Sevilla volvía a acudir a su cita anual con la Señora. El día 18 de diciembre está marcado en el calendario de todos los vecinos y macarenos de la ciudad.Su barrio amurallado se convierte en un ir y venir de gentes de todas partes que buscan encontrarse con la devocion mas universal de nuestra tierra, la Macarena... aquella que rie y llora, aquella a la que la luna le tiene celos, la que es custodiada por una Centuria de brillantes corazas, aquella que es revestida de oro cada madrugá y se pasea majestuosa entre sus hijos, mientras derrama su amor.
La Macarena vuelve a recibir el cariño de todos los cofrades y devotos en forma de beso, largas colas a las puertas de su Basilica abarratoda para poder siquiera rozar unos segundos la deteriorada encarnadura de sus manos y su Arco...Arco Triunfal, puerta de la misma gloria sevillana.
Su perfil unico e inigualable es la esencia propìa de la devocion que la ciudad siente por la Señora desde mucho tiempo atrás, cuantos han crecido con ese divino perfil en la cabecera de sus camas, cuantos han soñado albas y amaneceres de cera rizá y blancos claveles, cuantos esperan ese Viernes Santo por Calle Feria cuando vuelve a casa bajo una incesante lluvia de petalos...Y Ella guarda todos esos detalles que la hacen grande, en su pecho, en ese pecho de verdes mariquillas...
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