Viernes Santo en Andújar, es sinonimo de tradicion es reencuentro con nuestras raíces, Viernes Santo es mantilla y rosario, es incienso que perfuma entre los naranjos, es tarde de algarabía, Viernes Santo es devoción y gentío, es musica, es calle Ollerías, el Viernes Santo en Andújar no se entiende sin su primavera sobre la caoba, no se entiende si no florece en su regazo, no es Viernes Santo en Andújar, sin su mirada.
Como cada tarde de Viernes Santo con su salida se vive uno de los momentos mas intensos de nuestra Semana de Pasion, momentos en los que la fé y la devoción que el pueblo siente por esta antigua imagen, se desborda ante Ella y al compas de los primeros sones de su Agrupación Musical. Como ya es costumbre, la Reina de las Angustias, se vuelve unos metros para encarar la propia puerta a este Asilo, regentado por la comunidad religiosa de las Madres de Desamparados de San Jose de la Montaña y asi despedirse de todos nuestros mayores y enfermos, pues durante unas horas, se quedarán vacios sin su cercana presencia, como huerfanos, hasta que la noche se avanlace sobre la blanca espadaña, y de nuevo, regrese a casa; pero es que Andújar también necesita de su Madre...
En el cortejo, la presencia de la reliquia de la Beata Petra de San Jose, realzaba el estrecho lazo que une a esta Venerable Hermandad con las hermanitas de la congregacion que durante todos los días del año cuidan de nuestros abuelos y abuelas, cobijandose ante la imagen piadosa de María en sus Angustias, la que por cierto, este año, lucía de manera magistral, vestida por Dn. Miguel Lendinez, el cual ha sabido rescatar la grandeza de esta talla.
La tarde se fue tornando en oraciones y plegarias que en forma de notas musicales, fue regalandole la propia Banda, la Agrupacion Musical de las Angustias, a su Reina y Madre Soberana, acompañandola en el tormento, en la tristeza y en la desconsolacion que su corazón siente ante el cuerpo ya sin vida de su divino hijo...
Avanzaba la Señora, por la vieja Calle Cuna con el tradicional saludo a la Hermandad del Buen Remedio, saetas y llantos por Serpiente y en Alhondiga, otro de los instantes que bien merece la pena vivir en los Viernes Santos iliturgitanos, cuando las cantoneras del madero rozan los balcones de tan tipico rincón y su cuadrilla de costaleros dejan la huella de su buen hacer y esfuerzo por cumplir con lo que parecía imposible.
De regreso la Reina por Maestras, ya vuelve a casa a descansar con la luna reflejandose en el cuerpo inerte del Señor que yace en su regazo...Ya la esperan los ancianitos que no han conseguido ni dormir, porque su Madre no estaba en la capilla e intranquilos la esperan hasta que la ven acercarse con la cera ya derretida, con las flores algo marchitas, con ese angustiado llanto, pero como siempre, al pie de la Cruz, hasta el ultimo momento, pues una Madre nunca abandona a sus hijos, y al pie de la Cruz sigue velando por todos nosotros.
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