Viernes Santo 2014. I

Semana Santa de Andújar 2014.

El sonido de los trombones despiertan a la ciudad del sueño de la pasada madrugá, la luna ha dejado paso a la claridad de un nuevo día, que ya se ciñe a la alta torre de piedra, se van acercando los vecinos del Mercaó, que de padres y abuelos han heredado, tan andujareña devoción. Con sus puertas de par en par, ya se intuye el rostro moreno del viejo Nazareno de San Miguel, entre el incienso que cubre el firmamento gótico del templo. 

Estan crujiendo las maderas y se asoma despacio al dintel plateresco, repleto de querubines, que enmarcan tan ansiado momento para muchos, el Señor de los Señores vuelve a caminar por las calles de su pueblo, aquel pueblo que como cada Viernes Santo cumple la promesa tras el Cirineo que le ayuda a cargar con la Cruz, aquel pueblo que sueña con el reflejo del sol iluminando su divino semblante atormentado mientras avanza despacio hasta el Calvario de su condena.

Los nazarenos de moraó ya guian sus pasos, con el caracteristo habito que esta Cofradía ha querido perpetuar en las callejuelas del tiempo. Otra vez cruces y penitencia en una mañana que mas bien sabe a Gloria que a Pasión, con las saetas rompiendo el aire que acaricia la melena del Nazareno; son tipicas estampas de Viernes Santo con esa esencia añeja en la que se palpa su triunfal pasado.

La Agrupación Musical Ntra. Sra de las Angustias de la ciudad, volvió a acompañar el paso de misterio del  Señor de los Señores, que espera las finales labores de dorado en algunas de sus cartelas y guardabrisas. Una vez mas quedo demostrado el buen hacer y el trabajo de esta valiente cuadrilla de costaleras a cargo de su capataz Dn. Jose Carlos Prieto, por las complicadas calles del casco antiguo de Andújar. La Maestras, Serpiente, o los Naranjos son algunas de las zonas donde mas fieles se congregán para contemplar al "Moreno de San Miguel" como cariñosamente lo apodan, algunos de sus cofrades.

Los sones de las Angustias, como si de una banda sonora se tratase, acompasarón la mañana, una mañana de bullicio, de emociones, de plegarias, una mañana de oraciones ante su imagen, la que hoy aún aguarda en tantos hogares cercanos al templo del Arcangel, esa imagen de Jesús Nazareno con el madero sobre sus hombros, el Nazareno de siempre, el Nazareno del Viernes Santo iliturgitano, el Nazareno al que todos han rezado, "el Señor de los Señores".