Ya son 786 años, con sus 786 primaveras, las que Andújar lleva queriendola, y cada año y con cada primavera, parece quererla mas, pues no entiende la vida sin Ella.
Son 786 años que Andújar camina en Hermandad por el manto de su serranía y bajo el cielo de su mirada, son 786 las veces que la jara a florecío coronando cerros y riscos, 786 abriles con vereas cruzadas y reflejos de Jandúla claro, de senderos peregrinos, de cohetes en el cielo y a compas los tamboriles.
Son 786, con sus repiques de campanas y campaniles y rasgueo de guitarras, con plata fina a sus plantas y oro puro en sus sienes, con lunas iluminado la espadaña de su ermita y con soles reluciendo sobre los pinares y las encinas; atardeceres y albas que son mares olivareros, brisas y resplandores en la Sierra Morena mas escondida donde son los gavilanes y halcones dueños de su horizonte.
786 años desde que aquel pastor sintiera el prodigio mariano en una madrugá serrana de luceros y de estrellas, son 786 años con sus 786 primaveras y las banderas de damasco siguen rasgando firmamentos llevando en sus cintas prendios los amores de un pueblo, un pueblo que lleva conociendo la Gloria 786 años con sus 786 primaveras, un pueblo que llora rezando y cantando reza a la que es su Madre, Madre que siempre aguarda y Madre que siempre espera en el Camarín de las plegarias bajo una boveda que cobija la devocion que va creciendo y va haciendose eterna con sus 786 años y sus 786 primaveras...

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