Semana Santa 2017

lunes, 26 de agosto de 2013

Con la plata de su Marisma...

Son días que marcan tu memoria para siempre, días de Gloria que pasearán tus recuerdos en años venideros llevando a orgullo poder haber sido testigo de ello. Son 200 años de historia, 200 agostos que el pueblo de Almonte agradece a su Eterna Intercesora, la salvacion de la villa ante las amenazas de ataque de las tropas francesas, que invadieron nuestro país a principios del siglo XIX. Es el pueblo que renueva el antiguo Voto que reza:
 "En nombre de Dios Nuestro Señor Todopoderoso, amén. En la Villa de Almonte, a dieciseis dias de agosto de mil ochocientos trece, estando los señores que componen los Cabildos secular y eclesiastico y venerable Hermandad de la Reina de los Angeles, María Santísima del Rocío, que abajo firmarán y señalarán como acostumbran..."

La aldea almonteña vuelve a rebosar de ferviente devoción a la Madre de Dios, que bajo el nombre de Rocío, congrega a tantas y tantas personas que sienten su llamada. Este año 2013 especial no solo por este Bicentenario del conocido como "Rocío Chico", si no especial también, por haber coincidido con el traslado de la Señora a su pueblo que se realiza tal y como manda la tradición cada 7 Agostos. Tan importantes conmemoraciones han venido a reflejarse en la bula papal que concedió la gracia de "Año Jubilar Rociero" a la Hermandad Matriz y a la advocación que ella custodia.



Y de historicos días a magica noche. 19 de Agosto, 1 de la Madrugada, tras el tipico Rosario de la Hermandad de Almonte que recorre las calles del poblado con su Simpecaó, la ermita estalla como cada Rocío en la pasion desbordada, los almonteños saltan la reja en busca del trono sobre el que se alza la dueña de sus corazones. Una dama que revestida de plata sale a pasear entre un gentío que la vítorea y la aclama enloqueciendo a su paso, estrechando distancias, formando un marea que la mece sobre las arenas de su Marisma.
La Blanca Paloma realizaría el mismo recorrido que en Pentecostes, visitando casa por casa, donde los cofrades rocieros la esperan impacientes. Se repiten las mismas estampas de siempre pero en esta ocasion Ella saldría sin techo de palio para que así la luna pudiera contemplar mejor su bendita cara, esa que enamora y vuelve a la cabeza en horas inciertas, su timida sonrisa  y la mirada baja que la caracteriza quedaría ensalzada entre los resplandores de la "ráfaga de rayos" de nueva plata reluciente enmarcando su vestió de Montpansier el cual donará Doña Isabel Francisca de Orleans y Borbon para su Coronacion de 1919.
Fue una procesion intensa y larga pues la gran afluencia de peregrinos hizo que el trabajo de los almonteños que la portan se volvierá aun mas dificil. Aún así La Señora se lució como nunca y esplendorosa era su imagen cuando el alba asomaba entre los tejados y campaniles que repicaban mientras se acercaba. Apenas dió el sol en su rostro porque así quiso Almonte y alrededor de las 9 de la mañana con las gargantas rotas, los cuerpos doloridos y exhaustos por el cansacio, las camisas partiás de empujones y aprietos y los pies que lento caminaban, condujeron a la Madre de Dios hasta la concha peregrina de su blanca ermita y repicando las 4 campanas de la espadaña dijo adiós una irrepetible madrugada en la que la Señora paseó con la plata de su Marismas por 200 años de Gracia.





¡VIVA LA VIRGEN DEL ROCIO!
¡VIVA LA BLANCA PALOMA!
¡VIVA LA REINA DE LAS MARISMAS!
¡VIVA LA PATRONA DE ALMONTE!
¡VIVA LA MADRE DE DIOS!



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