Sevilla soñaba madrugás, soñaba con el aroma a incienso que cada primavera entra a traves de las ventanas, Sevilla soñaba sueños de canela y clavo, soñaba San Román y soñaba con su tez morena alumbrada por la candelería del palio; Soñaba Sevilla y sin esperarlo se despertó soñando gitanerías.
Su palio que no parecía palio sino garlochí encendío latiendo con el quejío profundo de una garganta al compás de bulerías, paseaba gracia por las calles de la ciudad que soñando se vistió de gloria para ensalzar su flamenca figura como lo hizó hace 25 años cuando el oro puro coronó sus sienes en un alarde de señorío y majestad.
¡Que ya viene la Reina de los Gitanos!, que es la envidia de la misma Giralda que con el repique de sus campanas se arrodilla a su paso.
La mecía de sus bambalinas es el vuelo de un mantón de manila, las rosas a los pies de sus varales florecen derramando la fragancia y prediendo el alma de todos los que la aclaman. Es Angustias en noche santa que aunque va derramando lagrimas lleva con Ella la algarabía de su Barrio que con saetas le reza y con vivas la llaman.
Es el sentimiento, la seguiriya, es capote, es el cante y derroche, es el duende de su cuadrilla costalera, es el mimbre y es la plata, es martillo contra la fragua, la dulzura de sus manos y es el bronce de su cara, es la inmesidad de una virgen canastera que a Sevilla va enamorando con cada gota derretida de su cera.
¡Que ya viene la Reina de los Gitanos! Que viene caminando con su magia sevillana, que no calle el silencio, que solo lo rompa las guitarras, que ni una palabra se cruze cuando encuentro su mirada, que no calle el silencio, pero que siga sonando la marcha y que solo lo rompa la gente para gritarle y decirle ¡Guapa!
¡Que ya viene la Reina de los Gitanos! Y esta soñando Sevilla y sin esperarlo se ha despertaó soñando gitanerías
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