Semana Santa 2017

viernes, 15 de noviembre de 2013

Silencioso Ave María

Silencioso Ave María por Cristo Rey; la Hermandad que cada Martes Santo realiza Estacion de Penitencia desde la Parroquia de Cristo Rey ha bendecido la nueva talla mariana que será titular de esta Cofradía del Silencio junto con el Crucificado de la Humildad.

María Santisima "Madre de Dios" es obra del afamado imaginero malagueño Israel Cornejo que ha plasmado con total maestría la esencia y el sabor de antiguas dolorosas de nuestra Tierra. Con la cabeza inclinada hacia la izquierda, la mirada baja, un marcado rictus de dolor y afliccion acentuado en su entrecejo que transmite hondo pesar, la Madre de Dios de Jaén es una soverbia alabanza a la belleza del sufrimiento de María al pie de la Cruz, pues no puede existir un duelo mas hermoso.

Israel Cornejo natural de Velez-Malaga  se graduó en talla en madera, dorado y policromia en la Escuela Arte de "San Telmo" al igual que en la Universidad malagueña. Sus primeros pasos como escultor los daría en el taller de Don Juan Ventura. Entre sus obras cabe destacar la Restauracion del Santo Sepulcro de Almería y la realizacion de su grupo escultorico o la ejecucion de las imagenes secundarias del misterio de los Estudiantes de Granada.

La Imagen fue bendecida el pasado 9 de Noviembre en su sede canonica ante un gran numero de cofrades que abarrotaron el templo de Cristo Rey para poder contemplar la titular recien llegada que recibió a los fieles con las manos entrelazadas, las cuales separaría para el Besamanos Extraordinario que la Hermandad organizó en su honor ante el Cristo de la Humildad, primer encuentro entre el hijo que yace en la Cruz y la Madre rota por el llanto.


Ahora Jaén reza ante la Madre de Dios, un silencioso Ave María, humildes plegarias que ante su bendito rostro recogerán sus lagrimas cada noche de Martes Santo cuando las cadenas rompen la calma y la cera alumbra mas que las farolas de sus calles. Silencioso Ave María que cuelga del rosario de sus manos orantes, es un beso callado que la ciudad deja en sus mejillas sonrojadas amparando sus dolores, caricia desvelada de una luna de primavera, es el incienso cobijado bajo los pliegues de su negro manto, silencioso Ave Maria que se queda entre las rosas acunando los sueños de sus cofrades, es el aroma del azahar que perfuma su cabellera bajo mantillas bordadas de seda. Ahora Jaen reza ante la Madre de Dios, un silencioso Ave María




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