A la altura de estos días, la vida, toma otro ritmo, el corazon cambia su pulso y empieza a latir al compas de zapatillas que se arrastran sobre el asfalto. El eco de entre los paredones, son martillazos roncos y crugir de humedas maderas, suenan voces a lo lejos, se intuyen cornetas y tambores y murmullo suave de hombres cansados.
Cuadrilla de las Angustias (Andújar)
Llega el tiempo del reencuentro, vuelven a unirse dos amantes, los que tantos años han pasado juntos, inseparables, los que esperan este momento ansiadamente, pensando el uno en el otro, recordando pasadas primaveras de caricias, primaveras de sueños, en las que caminaban de la mano, sería imposible, no existe otra forma, no podría ocurrir de otra manera, solo ellos, Costal y Trabajadera... cuantos días han pasado, el en su cajon y ella en su cochera...
Pero ha llegado el momento, el se estira y se quita las arrugas y ella se prepara, se descubre de plasticos...es la hora, es el tiempo, ahora o nunca, estas noches o ninguna, pues unidos reviviran historias costaleras, las que le contó un tal Juan Pedro, o Grego, o Victor, o Manué...
Son esas historias que resurgen en tiempos de igualás y ensayos, historias de amor, sobre costales y trabajaderas...
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