Semana Santa 2017

martes, 29 de septiembre de 2015

Exaltación de la Cruz 2015

Septiembre de 2015.


Como bien dice un cofrade amigo de nuestra ciudad, "Septiembre abre sus brazos en cruz" y es así como algunas de nuestras Hermandades comienzan este nuevo curso cofrade que aviva las pasiones de los que sentimos la verdad de Cristo tras una nube de incienso. Las corporaciones de la Vera-Cruz y la Esperanza han realizado, tal y como marca su calendario de cultos, el Triduo a sus respectivos Titulares, que ha supuesto el reencuentro de la fé y el alma, tras este largo tiempo de estío.


Hasta el arrabal de San Bartolome nos conducía el aroma de la cera prendía, la oración silenciosa, el recogimiento y la solemnidad, que a gala lleva la Primitiva y Pontificia Hermandad de la Santa Vera-Cruz, y digo Primitiva, por a cuanto nos refiere su historia, siendo la primera corporación pasionista fundada en nuestra Andújar.  


La piedra vacía del desnudo Altar Mayor, era ocupada por el firme dosel, ante el que se encontraba la efigie nazarena del "Dios Caminante del Domingo de Ramos". Sangre derramada con los claveles rojos que perfumaba sus pies descalzos, candelabros arboreos dando luz a los perfiles agotados de su rostro, sin mas, sin excedencias, sin florituras, pues solamente ante la Imagen de su portentoso Nazareno, se descarta el vacío, se crea el todo sin buscarlo siquiera.


La valiosa reliquia de su Lignum Crucis se encontraba en la hornacina del Retablo de la Cofradía Veracrucera, a la espera, de que en la Función Principal de la Santa Cruz, la feligresía de San Bartolome, pudiera besarla y adorarla como autentica joya que al resto da sentido, pues ahí se encuentra el arbol de vida y salvación de nuestro Señor Jesucristo.

El templo se convierte en un entorno incomparable para tales cultos, se presiente incluso Cuaresma, (a su debido tiempo) se imagina revuelo de capirotes rúan entre sus naves, se asimila el silencio bajo las bovedas y contemplando los Dolores de su Santísima Madre, se crea ese ambiente intimo entre el rezo y la veneración



Y desde San Bartolome, hasta otro de los epicentros cofrades de la ciudad. El Templo Mayor de Santa María acogía en la nave del evangelio, el efímero Altar de Cultos del Stmo. Cristo de la Providencia, "el Señor de la Alhóndiga", una improvisada hornacina de damasco y cera, para un calvario sobre el que se alzaba la cruz en la que se enclava una de las mas reconocidas advocaciones andujareñas. 
El tenebrismo, creado por la media luz que prestaba los ciriales que flanqueaban al crucificado, sobrecogía magistralmente a todos aquellos que quisieron acercarse en esta ineludible cita con el Cristo de la Providencia.


Preciosa estampa, sin duda, la que nos regala la priostía de la Hermandad de la Esperanza. Acertadísima simbología a los pies del Señor, donde se enredaba una hiedra que florecía como la inmortalidad de su divina naturaleza, la flor del cardo haciendo referencia al sufrimiento pasado y un cranéo como muerte acechante y vencida por el Hijo de Dios. Alegoría de luces y sombras bajo el Madero Redentor.

Cuantas plegarias esconde la figura que desde ese rincón de nuestro pueblo custodia día a día la devoción callejera a la Divina Providencia., cuanta leyenda y promesas, cuanta Esperanza cobija...Esperanza que es advinada en la llama del amor ante la Cruz, Esperanza que se despierta por Septiembre, Esperanza que se entiende y se palpa, Esperanza reflejada en los ojos de la Reina de Santa María, aquella que derrama cada Jueves Santo de penitencia.


"Septiembre abre sus brazos en Cruz"



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