Despertando la mañana del Viernes de Dolores en la capital cordobesa, nos acercamos hasta uno de los focos centrales de la devocion popular de esta ciudad, Capuchinos, esa bendita plazoleta que guarda los 365 dias del año la esencia mas cofradiera, el Cristo de los Faroles, Crucificado de fria piedra que se alza sobre el viejo empedraó entre las promesas y peticiones del pueblo. La cal de esos paredones encierra la historia de cada uno de los cordobeses que se acercan ante el Señor y ante su Bendita Madre que es custodiada por la cera, los nardos y las rosas de pureza. Nuestra Señora de los Dolores, Patrona de Cordoba lucia asi de majestuosa en su Camarin, el dia de su festividad mientras recibia la visita de miles y miles de fieles que quedaban prendidos de cada una de sus lagrimas...
Visitamos tambien a la Hermandad Sacramental del Cister, que acercaba a los fieles sus Sagrados Titulares, la portentosa imagen de Nuestro Padre Jesus de la Sangre y a Maria Santisima, Reina de los Angeles en su palio, una bella estampa para disfrutar ese Viernes que abre las puertas a la Semana Mayor...
Y que decir sobre estas imagenes, su belleza inigualable, la dulzura de su rostro de ese dolor contenido, sus manos, su luz, pues el Viernes de Dolores en Capuchinos, tambien es Viernes de Paz, Viernes de Paz y Esperanza.
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