Cuaresma 2017.
Entre la cera y el clavel, las priostías de nuestras Hermandades y Cofradías ensalzan a sus Titulares, tal y como rezan los Estatutos que rigen a cada una de ellas. Es en este bendito tiempo de Cuaresma cuando las diferentes corporaciones de nuestra ciudad celebran los Cultos en honor de Cristo y María bajo la advocación venerada por sus cofrades, que lucen orgullosos, en este tiempo, sobre su pecho, uno de los símbolos más identificativos: la medalla.
Entre la cera y el clavel se alzan doseles y altares que invitan a la oración del fiel que se acerca hasta nuestros templos con la mirada que busca la de nuestras Sagradas Imágenes y con el corazón en la Palabra, que recobra mas sentido ante ellas.
Entre la cera y el clavel se apasiona Andújar, de Santa María a San Miguel, de San Juan de Dios al Viejo Hospital y de Capuchinos a San Bartolomé, embriagada por el perfume del azahar de los naranjos que florecen en nuestras plazuelas y en nuestras calles.
Entre la cera y el clavel, Santo Domingo despierta con el chirriar del portalón de la vieja calle Cuna, que espabila a toda una ciudad. En la Capilla del Hospital Jesuita, se palpa como cada año, una primavera que se anticipa contemplando las mejillas sonrojadas de María Stma. del Buen Remedio, revestida de hebrea tras su Hijo cautivo.
El Señor de la Sentencia preside como cada Cuaresma el retablo mariano, presenciándose ante los hermanos de esta trinitaria Cofradía, que argumenta su sapiencia, sus buenas formas y su condición más cofradiera, con la llegada del Quinario y Besamanos en honor de su Titular.
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Quinario Sentencia. Víctor Castro |
Entre la cera y el clavel, el Dios Nazareno del Domingo de Ramos, cruza sus manos, para acoger todo el amor que guardará para confortarse mientras carga el rudo peso de nuestros pecados. Es la hora, el Árbol de la Vida, se encumbra a la luz de los guardabrisas arbóreos, el Madero de nuestra Redención se erige entre una Virgen dolorida y el discípulo, conformando un impecable Calvario bajo las bóvedas del gran templo de San Bartolomé.
Su Barrio se reencuentra con la esencia que la Hermandad de la Santa Vera Cruz manifiesta desde hace siglos, siendo la Madre y Maestra.
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Cultos Vera-Cruz. Salva Marcos |
Entre la cera y el clavel, vuelve a brotar la tradición heredada de nuestros abuelos, tradición que rejuvenece por primavera resarciendo al cofrade que hasta San Miguel se acerca para hallar su inconfundible imagen. Nazareno de siempre, Nazareno de nuestros amaneceres, el de los trombones de la mañana del Viernes, al que acompaña el Cirineo, Nazareno de Andújar, Señor de los Señores.
El Arcángel abre sus alas flanqueado por las típicas banderas que diferenciaban las escuadras o tramos de las Cofradías iliturgitanas y que sirven de magnifico marco al Señor del rostro moreno y larga melena.
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Triduo Señor de los Señores. Hermandad |
Entre la cera y el clavel, resurge la gloria Estudiantil de esta Cofradía gremial que hace tiempo gozaba del fervor popular de los andujareños. La nueva corriente que empuja con aires de bonanza obliga a que la apatía se transforme en un deseo de prosperidad, que bien merecen los hermanos de esta corporación.
El Stmo. Cristo de la Expiración se enclava en el Altar Mayor de San Bartolomé reclamando lo que injustamente el paso del tiempo le arrebató. En el dosel, las antiguas bambalinas del paso de palio de la Titular mariana de la Hermandad, evoca aquel bendito pasado que hoy se refleja en ese último suspiro de un Barrio que busca a la Cruz, a los hachones, al lirio, al incienso, a la penitencia, a la chiquillería y la corneta, que busca a su Amargura.
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Triduo Expiración. J.Carlos Expósito |
Entre la cera y el clavel, entre los cuatro faroles: la majestad, la mesura, la sensatez de una elegante priostía que revela la formula más exacta para establecer una jerarquía irrefutable, pues la Sagrada Imagen del Señor es el núcleo de una composición que se construye a partir de lo sustancial.
El Gran Poder de Dios es la médula, el sostén, el corazón, el pilar que soporta todo lo demás, que aguanta y que mantiene la devoción del cofrade y del que no lo es, del que cree y del que está por ver y su Hermandad así lo pregona en el Triduo que consagra en su honor, en el templo gótico del Arcángel, capaz de encararse con el brillo de su plata.
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Triduo Gran Poder. Hermandad |
Entre la cera y el clavel, Andújar se postra ante las plantas de su Reina y Madre Soberana. San Juan de Dios enciende la candelería de un barroco perturbado por los perfiles de su cara y por el regazo placentero de su figura, donde la vida se adormece.
Ntra. Sra. de las Angustias desciende del camarín que la atesora, luciendo sus mejores galas y sobre el trono mas valioso otorgado por su pueblo, esperando el beso, el susurro, la caricia, la plegaria de todo aquel que rozando su sagrada imagen siente el alivio que su alma necesitaba. El Besamanos de la Señora, es cada Cuaresma el momento álgido que acelera el corazón ante la zozobra que provoca la cercana Pasión y así lo entiende su Hermandad y así lo presume.
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Besamanos Angustias. Salva Marcos |
Entre la cera y el clavel, requiebros de Esperanza y Misericordia ante el Señor Caído bajo el peso del madero. La priostía de esta Hermandad del Jueves Santo andujareño abre el telón a la grandeza de lo sutil y delicado que define su Altar de Cultos, el mismo Altar que siempre ocupa la Reina de Santa María y que se enaltece, aún mas si cabe, con la imagen del Titular cristífero de la corporación.
Elevado sobre la caoba de un antiguo y humilde canasto, sigue Caído y arrodillado pero no vencido ni derrotado, pues del mismo suelo lo levanta la ternura que desata su rostro apesadumbrado y de amargo tormento. Que bello resulta las líneas que convergen en un mismo punto de fuga que muestra a la Madre y al Hijo.
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Cultos Caído. Hermandad |
Entre la cera y el clavel, se saborea la estirpe cofradiera del viejo convento carmelita que resiste a desaparecer del recuerdo y de la razón de los andujareños, que ante su efigie, palpan la añeja iconografía plasmada en el gallardete que preside el Altar de Cultos del Señor de la Paciencia.
Son vestigios que regocijan la memoria de los más mayores e incita a la de la juventud, que gracias a Dios, hoy lucha por el desarrollo y la estabilidad de nuestras Hermandades y Cofradías. Los Dolores del Carmen es uno de esos ejemplos que abanderan su propio índole, la inherente naturaleza clasicista que se evidencia en todos y cada uno de sus actos, y como no cada Cuaresma, en la columna sobre la que se apoya el Señor que ante las humillaciones y el desprecio de este mundo, clama al cielo con su mirada, colmado de Paciencia.
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Triduo Paciencia. Archi |
Entre la cera y el clavel...ANDÚJAR.